SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ - Linea de Contraste

SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

PRI-gobierno, escenario difícil

Falta poco más de un año para que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) defina a sus candidatos que buscarán los cargos de elección popular que estarán en disputa en junio de 2021. Sin embargo, hasta ahora no se observa una estrategia definida que dé coherencia a lo realizado por el gobierno estatal y al discurso de ese instituto político de cara a lo que se avecina. Pareciera que transitan por caminos paralelos y que no hay acuerdo en lo básico.

Por lo pronto, ya es una ventaja que la dirigencia estatal priista salga todos los lunes a ocupar un espacio mediático que la dirigencia anterior dejó en abandono después de su derrota en 2018. Fueron 18 meses perdidos en los que el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez tuvo una gran responsabilidad como jefe principal del partido en el estado.

Acaso por esto último en muchos priistas locales existe molestia, pues ven en su gobernador ausencia partidista. De hecho, esas voces aseveran que el PRI en Tlaxcala es fiel reflejo de la administración estatal: se anuncian acciones y éstas tardan en concretarse.

De acuerdo con el líder estatal del tricolor, Noé Rodríguez Roldán, el partido se aproxima a la renovación de sus cuadros municipales y distritales, sin embargo, también debiera hacerlo con el Comité Directivo Estatal, cuyos integrantes no han mostrado trabajo alguno en las carteras que les fueron asignadas. De hecho, pareciera que quienes forman parte de las diferentes secretarías partidistas ocupan posiciones para cobrar un salario que no se ha visto devengado.

En tal sentido, mover la maquinaria priista de cara al proceso electoral costará trabajo, y más aún si el jefe del partido en Tlaxcala, Marco Antonio Mena, no pone el ejemplo con acciones concretas, más allá del discurso.

Se entiende que, como responsable de las riendas del estado, el gobernador debe guardar cierta prudencia en sus relaciones con el gobierno federal, sin embargo, lo anterior no equivale a mostrar ciega obediencia y aceptar, de todas-todas, las políticas del presidente Andrés Manuel López Obrador, como sucedió recientemente con la incorporación de Tlaxcala al Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI).

Y es que existen voces priistas, en el ámbito local y nacional, que advierten que la creación del INSABI y la centralización de los servicios médicos al gobierno federal, conllevará necesariamente un manejo clientelar y electoral del presupuesto.

La señal política que el gobernador Marco Antonio Mena envió, junto con sus homólogos de otras entidades federativas, es que no existen posibilidades de mantener sus gubernaturas y, tal vez, ni siquiera hacer un papel decoroso en las elecciones del próximo año.

Eso es lo que no ayuda al PRI, que si bien es gobierno en Tlaxcala, es oposición en el ámbito federal y por eso mismo enfrentará una maquinaria morenista que ya tiene en su poder, a través del gobierno federal, todo el gasto de la política social.

En esa difícil coyuntura es que el tricolor deberá trabajar de cara a las elecciones de 2021. Nada fácil si a lo anterior se suma el hecho de que todas las encuestas apuntan a una clara victoria de Morena en el estado.